Darse un baño de luna

 🌺 Buenas noches, mujeres conscientes🌺

Espero que estéis disfrutando del fin de semana. Hoy quiero compartir con vosotras un escrito precioso que he leído hoy en la revista CuerpoMente (soy fiel lectora y la compro cada mes desde hace 10 años). El texto habla sobre la luna llena y cómo nos afecta al estado de ánimo. Desde tiempos antiguos, la luna llena se ha asociado a momentos de densa energía y misticismo, relacionado con la feminidad, la fertilidad y el ocultismo. Parece que está unida a la motivación y a las relaciones personales, pero a la vez nos vuelve mas impulsivos.

De este tema y los ciclos lunares asociados a la ciclicidad femenina, hablaremos más adelante, y en profundidad, con una de las compañeras de nuestro círculo de mujeres conscientes. 

Os transcribo el texto, para que lo podáis disfrutar. Feliz lectura y feliz finde:


"De vez en cuando hay fases del mes en las que, sin explicación aparente, estoy más inquieto, enrarecido, un pelín inaguantable. ¿Será que todos tenemos días así? ¡Claro! Aunque debo decir que, siempre que siento eso, hay un momento en que levanto la vista y la veo. Ahí está, la luna, la luna llena. Espléndida, esférica y radiante, como si en verdad tuviera luz propia. Pero hace tiempo me apliqué aquella máxima de que: "a lo que resistes, persiste en ti", así que ahora me dejo fluir con las lunas. 

En Japón existe una maravillosa celebración: el tsukimi o contemplación de la primera luna llena de otoño. La gente queda para verla, dejarse inspirar por ella y comer tsukimi dango, pirámides de bolitas de mochi (pastel hecho con pasta de arroz) y, según la leyenda, amasado en la luna por un par de conejos blancos. Que en la luna correteen conejos es herencia del budismo.

El tsukimi también es un momento para dar gracias a la naturaleza, para inspirarse, escribir poesía y renovarnos con esa luz. Ser conscientes de que pertenecemos a un ritmo superior, que poco o nada tiene que ver con nuestras estresadas agendas. 

Del mismo modo que existen los baños de bosque, los cada vez más populares shinrin yoku, también lo son cada vez los rituales lunares. Los baños de luz de luna, en cualquiera de sus fases, nos pueden hacer entender que no siempre hace falta estar "llenos", que hay belleza en la media sonrisa que la luna le pone al cielo, o en la oscuridad de las noches donde solo reinan las estrellas. 

Somos agua. Estamos compuestos de ella. La luna mueve las mareas y el mar no se resiste, se deja fluir. ¿No es este un gran camino que podemos seguir? Un camino iluminado por este fascinante satélite nuestro en el que, tal vez, haya dos conejos haciendo mochis".

Autor: Gabriel García de Oro 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ese molesto nudo en el estómago...

Buenos días, bellas mujeres conscientes, he estado un tiempo sin poder entrar al correo de Gmail por problemas técnicos y no he podido tampo...